Lo más difícil es cambiar la mentalidad salvaje tan arraigada en nuestra cultura ibérica:
1. El toreo es cultura.- La Unesco, en 1982, declaró: “...que la cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. A través de ella discernimos los valores y efectuamos opciones. A través de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones, y crea obras que lo trascienden. (UNESCO, 1982: Declaración de México). Es más que obvio que la tortura de un animal por diversión es irreflexiva, irracional, anti ética y falta de valores, por lo tanto las corridas de toros no aportan a la cultura en absoluto.
2. El toreo es arte.- Se entiende por arte, la virtud, disposición y habilidad para hacer algo. Torear puede ser un arte, pero también lo podría ser, levantar una pared de ladrillos, estafar a las personas, etc. El hecho de que algunos artistas plásticos se hayan inspirado en las corridas de toros para plasmar sus obras, no hace de esta bárbara costumbre un arte. El arte es creación, no destrucción.
3. El toreo es tradición.- También eran tradición los inescrupulosos combates de gladiadores esclavos en la época romana, y también es tradición la extirpación del clítoris en algunos países. El hecho de que algo sea tradicional no implica que deba ser conservado, ya que puede consistir en prácticas monstruosas.
4. Los toros de lidia están hechos para pelear.- El toro es un animal rumiante, herbívoro y de naturaleza poco agresiva y tiene limitada capacidad de enfoque visual. La apariencia excitada del toro al salir al ruedo se debe a que han pasado 24 horas en una caja de madera oscura y siendo molestados de múltiples maneras (afeitado de su cornamenta, sacos de arena sobre su lomo, etc.). Segundos antes de liberarlo se le clava un lazo de color atado a un gancho metálico que indudablemente le causa dolor. Por lo tanto el toro sale cegado por la luz, y fastidiado por el lazo de su lomo. Su aparente bravura no es más que una carrera desesperada por encontrar escapatoria, en total confusión. En su medio natural, si no teme por su rebaño, los toros se avendrán a comer apaciblemente de las manos de desconocidos. Existen fotos de familias de ganaderos haciendo picnic en un prado de toros bravos.
5. Sin corridas de toros se extinguirían los toros bravos.- Los taurinos utilizan este argumento aprovechando el auge de la lucha por la conservación de las especies, para intentar colar a las corridas de toros como una actividad “conservacionista”, qué absurdo! Si solo nos preocupáramos por las especies de las que ciertos grupos oligárquicos obtienen jugosos réditos económicos, qué sentido tendría preocuparse por la conservación del cóndor, o del oso de anteojos?
6. El toro de lidia vive de lujo hasta que muere en el ruedo.- Aunque algunos viven en pastizales, la cría de toros de lidia se está intensificando poco a poco, llegando muchos a vivir en condiciones similares a los animales para consumo humano. Y aunque vivan cómodamente en pastizales, acaso eso justifica que mueran con una larga agonía de 20 o 30 minutos, desangrados, con sus músculos desgarrados y ahogándose en su propia sangre??
7. Es una lucha noble; el torero se juega la vida.- En una corrida, el toro no tiene ninguna posibilidad de salvar su vida. Se trata de una lucha injusta, de la que el toro no saldrá con vida, mientras que son limitadísimas las ocasiones en que los toreros han resultado heridos. Según la revista “El Ruedo” mueren más toreros en accidentes de tránsito, que en las plazas de toros. Mientras que, de los pocos toros que son indultados, el 80% suele morir en los días subsiguientes, debido a las heridas recibidas durante la corrida e infecciones en las mismas. Si sobreviven, suelen tornarse solitarios, deprimidos y temerosos de los humanos.
8. El toro no siente.- Existen numerosos estudios científicos que demuestran la sensibilidad de estos animales. Es más, los toros tienen conciencia y pueden demostrar sentimientos, incluso reconocer personas y lugares. El toro posee un sistema autónomo central y autónomo o visceral. Cómo no le va a doler la puya de 15 centímetros que clavada en su lomo, si su sensibilidad es tal, que cuando se le posa una mosca en él, la espanta con la cola?
9. Y qué hay de los animales para consumo humano?? Al final se consume su carne....- Aunque demasiado a menudo, los animales en los mataderos no son sacrificados de la manera más rápida y ética que existe, su padecimiento es menor y más breve que el de los toros torturados en las plazas de toros. Si la crueldad con la que se lleva a cabo la tortura de 20 o 30 minutos en las plazas, tuviera lugar en los matadero, los responsables serían penalizados e incapacitados para llevar a cabo su trabajo, ya que existen leyes que obligan a su aturdimiento antes de la muerte.
10. Hay cosas más importantes de qué preocuparse.- Quienes usan este argumento, nunca suelen colaborar con organización humanitaria alguna de ninguna manera. También existen formas de violencia contra humanos y otros animales, pero esto no significa que no podamos preocuparnos por el sufrimiento de estos seres. La solidaridad no conoce límites. Nos podemos preocupar tanto de los niños que pasan hambre y de los refugiados de guerra, así como del bienestar de los animales.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó la Declaración Universal de los Derechos de los Animales: “Ningún animal será sometido a malos tratos ni actos de crueldad”.
En 1980 la UNESCO, máxima autoridad mundial en materia de Educación, Ciencia y Cultura dictaminó: “La tauromaquia es el infame y comercializado arte de torturar y matar animales en público. Traumatiza a los niños y a los adultos sensibles. Agrava el estado de los neurópatas atraídos por tales espectáculos. Desnaturaliza la relación entre las personas y los animales. Constituye un desafío gravísimo a la moral, la educación, la ciencia y la cultura”.
En 1857 el Papa Pío V, promulgó la bula “De salute gregis dominici”; decreto contra los encierros y corridas de toros, en el que se excomulga y se niega cristiana sepultura a los toreros y aficionados, por considerar esos espectáculos más propios de demonios que de personas. La bula sigue vigente.
“Mugía el toro de dolor, bramaba de dolor, llenaba el aire, clamaba al cielo en vano. Los peones lo mareaban con sus capotes. Y de repente miró hacia mí, con la inocencia de todos los animales reflejada en su rostro, pero también con una imploración. Era la querella contra la injusticia inexplicable, la súplica frente a la innecesaria crueldad”. Antonio Gala.
“Soy absolutamente contrario a las corridas de toros, espectáculo abominable cuya crueldad imbécil es, para la multitud, una educación de sangre y lodo”. Emile Zola.
“El hombre ha hecho de la Tierra, un infierno para los animales”. Schopenhauer.
“El progreso moral y el desarrollo de una nación se puede medir en la forma de tratar a sus animales”. Mahatma Gandhi.
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